¡Hola a todos! Hoy Mireia nos trae un tema que merece ser tratado si hablamos de psicología materno-infantil, el duelo y muerte perinatal. Este tema ha sido durante años un tabú, del no solo no se hablaba sino al que tampoco se le daba la importancia que merece tener. Afortunadamente, esto está cambiando y cada vez se pone más en manifiesto la necesidad de un acompañamiento en este duelo. 

La espera de un hijo y su nacimiento son algunos de los momentos más importantes en la trayectoria familiar. Desde el momento del embarazo hasta el momento del parto se desarrollan sentimientos de ilusión, esperanza y proyecciones de expectativas hacia el futuro. La pérdida de un hijo que aún no ha nacido o recién nacido es especialmente significativa por ser inesperada y repentina, es una tragedia que afecta a los padres, familiares y otros hijos. Esta pérdida lleva consigo un duelo, que si no es abordado de manera idónea puede desencadenar en graves problemas de salud.

La muerte de un hijo es más difícil de integrar que otras muertes por ser antinatural, la pérdida gestacional es también una pérdida de la posibilidad de convertirse en padres a nivel físico y social, también la pérdida de una composición familiar ideada. Es en definitiva la pérdida de aspectos de uno mismo como padre.

Aunque la mortalidad perinatal se ha reducido gracias a los avances científicos y a la mejora de la calidad del sistema sanitario en España en 2019 se produjeron 2.388 muertes perinatales. Es un asunto que pasa desapercibido en cuanto a materia de salud mental por el hecho de ser un tema ignorado por la sociedad. Es más, podríamos decir que es un tema tabú y estigmatizado, un ejemplo de esto lo podemos ver cuando una pareja descubre que está esperando un hijo y no lo cuentan hasta que han pasado los primeros meses por si se produce un aborto.

Es común que cuando sucede un aborto se suela tapar, no hablar del tema e incluso se escuchan algunos comentarios que vienen no solo de personas cercanas sino también de profesionales de la salud como “no te preocupes porque aún puedes tener más hijos”; “tienes más hijos ya, centrate en ellos ”. Una vez escuché a una madre que dijo “es que yo al que quería era a él, porque es mi hijo”. Hemos de ser muy cuidadosos con lo que decimos, muchas veces con la mejor intención de hacerlo bien conseguimos todo lo contrario. Es importante escuchar y validar. 

Algunos ejemplos de cosas que podemos decir si estamos frente a este caso “entiendo que debe de ser muy doloroso para ti” “me tienes para todo lo que necesites”, si no sabemos que hacer: un abrazo; y si no sabemos qué decir muchas veces el silencio es mejor que decir algo que no toca y que puede resultar doloroso. 

Pasar por un proceso de duelo perinatal es muy duro para la familia y quiénes les rodean, pero hablar sobre lo ocurrido, tener recuerdos de ese bebé (si es posible) y buscar ayuda psicológica será clave para cerrar este proceso de la forma más saludable posible. 

Existen grupos de apoyo y asociaciones que pueden ayudar en este proceso como la FEDUP https://fedupduelo.org/